Debo decir, antes de nada, que es un bizcocho buenísimo. Se ha convertido en mi favorito, por encima del de chocolate o el Guiness. Tenéis que probarlo sí o sí, no os arrepentiréis.
La receta original pertenece a la gran Martha Stewart, que vendría siendo una maruji megafamosa en USA que tanto te hace una tarta, como te decora tu casa, como planta un huerto ...., pero todo muy fino y muy chic. Reconozco que estoy suscrita a su página y siempre tiene ideas muy originales y razonablemente sencillas y accesibles para llevar a cabo.
En este caso, la receta no la encontré en su página, si no en El Rincón de Bea, que para mi es como la Biblia de los Pasteles. Es de los pocos blogs donde las recetas me salen tal y como aparece en la foto. Nunca me ha fallado ninguna, y eso para mi, es todo un logro.
No me enrollo más, aquí tenéis la receta. Espero que la probéis y me digáis sí es o no uno de los mejores bizcochos del mundo.
INGREDIENTES:
520 gr. harina
2 sobre de levadura Royal
1 cucharadita bicarbonato sódico (lo podéis encontrar en Mercadona)
1 cucharadita sal
1 cucharada jengibre en polvo
2 cucharaditas canela
1 cucharadita nuez moscada o macis
1/2 cucharadita de clavo en polvo (yo no se lo he puesto)
250 gr. mantequilla sin sal a temperatura ambiente
4 huevos L a temperatura ambiente
250 gr. azúcar moreno (he usado el de la marca Día)
250 ml. buttermilk (podéis encontrarla en Lidl, pero sino es más fácil mezclar 250 ml de leche con un chorrito de vinagre blanco. Lo dejamos 10 min y ya lo tenemos. El aspecto es como leché cortada)
350 gr. puré de calabaza (bien escurrida)
PREPARACIÓN:
Precalentamos el horno a 175º y engrasamos el molde. Con esta receta sale un bizcocho muy grande, así que sí preferís podéis hacer la mitad de los ingredientes. Tamizamos los ingredientes secos (harina, levadura, bicarbonato sódico, sal, jengibre, canela, nuez moscada y clavo).
Batimos con unas varillas la mantequilla y el azúcar hasta que haya blanqueado y quede esponjosa.
Añadimos los huevos uno a uno, no añadimos el siguiente hasta que el anterior esté totalmente integrado. Incorporamos un tercio de la harina y batimos lo justo hasta que se haya incorporado. Añadimos la mitad del buttermilk y continuamos alternando la harina con el buttermilk hasta que hayamos terminado. Por último y ayudándonos con una espatula, añadimos el puré de calabaza.
Volcamos esta mezcla en el molde engrasado que teníamos hasta que al pincharlo con una brocheta salga totalmente limpia ( en el molde que yo he usado, que es bastante grande, tarda aproximadamente una hora, pero podemos empezar a comprobar el punto de cocción a partir de los 30 minutos).
En el momento de servir lo podéis espolvorear con azúcar glass (no antes por que lo absorberá el bizcocho). También podéis cubrirlo con un frosting de queso, pero mi recomendación es que lo probéis tal cual)
Espero que os guste y nos vemos en la próxima entrada.
